BASURA, el documental about SPEC

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Veamos, de qué se trata Basura? Es el relato del devenir de una banda intensa a punto de hacer implosión; un acercamiento crítico a las escenas traslocales que evidencia no sólo sus posibilidades sino también sus desigualdades y asimetrías; un crudo manifiesto de resistencia frente a la precarización de los jóvenes y a su obsolescencia programada en un sistema que los engulle y desecha casi al mismo tiempo; la historiografía visual de la casi inevitable cooptación de cualquier intento de diferenciación y distinción dentro del supermercado de tendencias & lifestyles; o, una denuncia a ese discurso neo-colonial encubierto en un contexto alternativo? Maybe.

También puede ser visto como una discusión in situ de las teorías recientes sobre la frontera y sus dinámicas/problemáticas sociales o una mirada contingente que renegocia desde adentro las múltiples Tijuana que aparecen opacas/obscurecidas en el zoom oficial, mainstream y alternativo hegemónico de la city. Un discurso paralelo recorre todo el documental: el caos y confusión personal al caer(se)  todo aquello que nos daba seguridad  y esa imposibilidad  de entender eso que nos hace ruido desde un Ahora, eco del “No future” sexpistolero.  Todos, aunque no queramos reconocerlo o nos resistamos a ello, en la fluidez de la sociedad contemporánea somos cómplices y testigos (Dardin Coria dixit) de lo que consideramos la autodestrucción del otro que, al contrario de lo que ocurre con la perdiction (sic) de sujetos que vemos con distancia televisiva o a un clic de distancia, nos queda muy cerca y nos pega duro en lo emocional-afectivo porque podríamos ser nosotros (o lo somos, sin ser capaces de reconocerlo/reconocernos).

“No es la retórica tremendista, es el impulso primario […] lo suyo son dirty stills de la vida diaria” escribí en el 2010 acerca de San Pedro El Cortez, ahora mismo podría extender eso al documental. Uno no puede esperar menos si aparece una calca de GG Allin en el teaser, pals.   Sin caer en la romantización apologética de los beautiful loser ni en la diatriba moralina o radical al uso, Carlos Matsuo muestra  en toda su crudeza y sin esconder esos aspectos controversiales a una banda sui generis, pero al mismo tiempo modélica para entender  la difícil transición entre momentos históricos y sus expectativas socio-económicas y culturales. San Pedro El Cortez es eso que se muestra y lo que se intuye, un grupo que cabalga directo al abismo porque no tienen nada que perder ya  pero que, contra todo pronóstico, ha tenido un éxito palpable y/o mediático en lo que hace. Son claros herederos del malditismo de los New York Dolls y  de escenificación del desmadre de los Black Lips; son un conjunto de individualidades tan carismáticas como conflictivas que nos enuncian y anuncian los nuevos viejos problemas de la condición humana sin pudor ni restricción alguna.

El retrato de la escena a la que pertenece o es insertada la banda también nos arroja luz sobre algunos conflictos y diferencias entre participantes y  de los roles asumidos por los mismos: desde una lucha por la (re)valorización del trabajo artístico en lo económico a esa reflexión implícita sobre la falta de infraestructura que permita el crecimiento y supervivencia de la escena creativa independiente, de la desilusión por la falta de reconocimiento en y desde la city a una curiosa vuelta a esa necesidad de abandonar TJ para crecer o consolidarse en círculos artísticos más amplios (idea que, por cierto, ayudó a  romper en los años ochenta alguien como el escritor Luis Humberto Crosthwaite).

Basura (Guerrero Negro, 2013), el documental de Carlos Matsuo sobre la banda tijuanense San Pedro El Cortez, aunque no tenga esa intención va a ofender y lastimar a más de alguno. Aclaro, no me estoy refiriendo al  lenguaje empleado o el uso explícito y reiterativo de sustancias no legales en pantalla. Lo de épater le bourgeois sigue siendo una tarea fácil y harto satisfactoria.

Basura de luxe, pals. 

More info:  Basura. Un documental de San Pedro El Cortez, sitio oficial.

Arte urbano

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Punk girl, 1983.

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Una de mis fotos favoritas de 1983.

Suena documental

Ayer fui al estreno del documental Suena (Saulo Cisneros, 2013) en una cineteca full a tope. Me gusto esa visión ultra-personal de contarnos una de las tantas Tijuanas que nos habitan y que nos cruzan casi sin darnos cuenta a los que vivimos aquí.
Vista desde arriba, si uno se fija bien, Tijuana es sepia, no gris. TJ nunca ha sido gris, ni siquiera en sus años bajo el yugo de la violencia más terrible. Sus artistas siempre han arrojado luz sobre ella, diluyendo poco a poco el estigma sobre el que otros usufructúan sin pudor.
El ojo de Saulo constata lo que otros tantos han comprobado cuando dejan sus prejuicios atrás: la city puede parecer fea a algunos pero es tan, tan fotogénica. Lo que aparece en Suena no es la TJ postal para turistas, ni la que apuesta por obviar su problemática más urgente y triste. Tampoco sus protagonistas son los sospechosos habituales sino los amigos y compañeros en la ruta artística; tampoco los lugares retratados son los típicos en la iconografía local construida por el imaginario popular reciente: no hay ni monas gigantes ni burros cebras, por decir algo. Hay una apuesta por la recuperación de los espacios íntimos, en riesgo y/o entrañables.
Más que un documental sobre las texturas urbanas y artísticas de la city, parece un ensayo sobre la condición fronteriza de Tijuana, entendida ésta como una interpelación frente a las narrativas del regionalismo más exacerbado, la dicotomía local/outsider, el dilema de lo mexicano y lo americano, el conflicto de la periferia vs el centralismo, la tensión entre la tradición y lo emergente, el desafío a los estereotipos casi asumidos desde adentro y el lenguaje del remix que fluye desde sus orígenes con todas sus contradicciones y disputas.
El segmento de Azzul Monraz, que canta un tema entre cubículos repletos de nerviosos empleados municipales, puede verse como una metáfora de la indiferencia en los terrenos institucionales a las oleadas de irrupción artística: ni entienden ni se emocionan con el talento que está justo frente a sus ojos. El arte como revulsivo, como denuncia de esas otras realidades que están ahí presentes y que aparentemente a nadie le preocupan (el declive de la propiedad privada, la crisis de la vivienda pública, la cotidianidad de los considerados desechables en El Bordo, el desencanto generacional como arma creativa) o como una reinterpretación festiva de lo que siempre hemos sido: amantes de la noche tijuanense y sus breaks imperfectos, de ese latir tan vibrante que también es el nuestro. Tijuana es/ha sido esa experiencia vital, única e irrepetible de la que habla Monchis Machino en su segmento. Yep, la city suena/sueña.

LA ZONA FANTASMA New episode 74 download & podcast

LA ZONA FANTASMA New episode 74 download & podcast

LA ZONA FANTASMA23

En el episodio 74  de La Zona Fantasma retomamos el verano con Bruce and Terry, recuperamos un par de maquetas (Los Fresones Rebeldes y El Afinador de Cítaras) o a los Violent Femmes versionados por Les Sueques,  nos ponemos al tanto del pop deluxe (English Singles, The Magic Theatre, Club 8). En la parte más electrónica, traemos a Girl Tank y sus mash up en vivo, la neweird wave ochentera de The Dark, el avant hip hop de Lng/Sht y Sharif, el tumbado de Siete Catorce y el synth pop de Ellos. Cerramos con la diatriba anti-90s de Rodney and the Tube Tops. Enjoy.

LA ZONA FANTASMA. Todos los viernes a eso de las 8pm en UABC RADIO (1630 AM Tijuana).

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A veces olvidam…

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A veces olvidamos el poder de nuestras contradicciones.

 

La Zona Fantasma 73 TJ SOUNDS Special podcast

TJ SOUNDS on the air

LA ZONA FANTASMA23

Esta semana celebramos el 124 aniversario de Tijuana con una selección de canciones de grupos y proyectos made in Tijuana. Algo de hip hop con Esraes, psychobilly con Los Helldandys, hardcore con DFMK, garage punk con San Pedro El Cortez, surf mash up con Faca, folk de dormitorio con Late Nite Howl, indie pop con Staura.  En la parte electrónica escucharás a MP1000 y sus soundscapes, el post punk electro de Danny Shivers, tracks para la pista de baile cortesía de DJ Nombre y Apellido, Al-B, Machino & Loopdrop. Enjoy!

Podcast / Download  Episodio 73

 

LA ZONA FANTASMA. Todos los viernes a eso de las 8pm en UABC RADIO (1630 AM Tijuana).

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Nuestra condición fronteriza will tear us apart

Nuestra condición fronteriza will tear us apart

another border

TOMORROW

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Tomorrow

TOMORROW (Never Knows mix)

Tomorrow llegó a nuestra vida con un plan de asedio permanente, sereno tras las barricadas de corte afectivo que luego serían material idóneo para múltiples cicatrices. Su montaje era espectacular, quizá algo sordo y perezoso  para la tendencia mainstream pero con la magia de antaño, muy de disco extended play a 45 rpm (algo  pop, casi de record collector).  Su presencia habitual lo convertiría pronto en el copiloto arquetipo para nuestro viaje por el  carril de la incertidumbre.  Caímos.

Tomorrow fue una ola radiante de seducción para surfear el verano más ruidoso de nuestra vida. Apareció puntal, en una esquina de la barra,  superdrunkie como todos nosotros. Nos reímos mucho al recordar como coincidíamos casi en todo. En uno de esos after-hours ilegales, estuvimos calibrando las sensaciones recién llegadas a la city; a medio camino de una mini-pista llena de chicas lindies con ese tonto lipstick bajo los párpados (de esas que bailan  medio tristes cerca de las bocinas, casi sin mover los pies); escuchando al pasar, sin poner mucha atención, las diatribas de esos  chicos alebrestados que destrozan cada fin de semana las esperanzas paternales puestas en ellos; felices con una orden de restricción apenas revocada, bajo el efecto de los weirdreams en el resquicio de la nueva intimidad que ataja cualquier promesa de sobriedad; desubicados, desordenados, deslumbrados por ese relámpago que es la existencia aventurada en lo liminal.

Tomorrow era un quemaetapas, un puritano entre lo desquiciado del entorno laboral y el deslave clasemediero, el agente provocador  que aunque sabemos que terminará siendo el peor de los conformistas nos conmueve y envuelve en sus juegos; eso que, aún sin saberlo, ayudaría a descifrar lo inefable en los momentos de estoicismo; alguien que (re)conoce las coordenadas de lo que necesita ser experimentado por cuestiones meramente probabilísticas; algo que explota esa inexorable confusión que nos acompaña como grillete. Un arma cargada de sueños imposibles en la etapa más feroz del capitalismo tardío, el culto al recuerdo que nos incitaba a romperle el cuello a la indiferencia actual, aquel “I don’t care” tan socialmente disfuncional pero efectivo.  Un vortex sin remaches ni  reproches al uso, la clave de acceso a los excesos que nunca supimos despreciar, el scratch que alucinó alguien en el cobertizo de nuestros miedos tan primarios.

Por una breve temporada, Tomorrow fue la utopía destroyer. Tomorrow viviendo nuestra vida casi en paralelo, Tomorrow con nosotros en todos los sitios,  Tomorrow haciendo planes compartidos. Tomorrow mandándonos mensajes para saber cuál era nuestro próximo stop, Tomorrow preguntándonos los detalles más triviales de nuestra existencia, Tomorrow leyendo nuestras viejas historias. Tomorrow en nuestras fiestas, Tomorrow cómplice y testigo de nuestros efervescentes desvaríos, Tomorrow en nuestra órbita de influencia.  Tomorrow casi hecho a nuestra imagen y semejanza, Tomorrow copiando nuestros ademanes o pidiendo nuestros tragos favoritos, Tomorrow adivinando nuestros pensamientos. Tomorrow y nosotros. O nosotros y Tomorrow.  Tomorrow, siempre Tomorrow.

Tomorrow, en el frenesí de una madrugada enfiebrecida rayando en lo dinamita,  casi nos mata. Salíamos tanto, bebíamos tanto, nos drogábamos tanto que era lógico intuir que alguna vez algo iba a terminar mal. Demasiada urgencia, demasiada velocidad.  Nunca tuvimos miedo de abandonar este plano material, ni siquiera pensamos en nuestras familias o amigos, estábamos/estuvimos tan tranquilos  a la deriva que ni cuenta nos dimos cómo evitamos el desastre.  Ahora, tras el bajón, pensamos si tal vez nuestra muerte hubiera sido un espectáculo  hermoso, uno de esos gestos algo tontos y egoístas que sirven para acabar con todas las contemplaciones emo-core o de esos sucesos intrascendentes que terminan en la parte inferior izquierda de las páginas interiores de un diario local que nadie lee.

A veces Tomorrow escuchaba lo que le queríamos decir, otras sólo hablaba y hablaba: de la rutina que domestica o aniquila hasta el espíritu más fuerte, de jefes amables y coworkers llenos de frustración, de comidas favoritas y las nano-acciones que detonan grandes problemáticas, de eso que no deja dolor ni huellas pero que sabemos es una calamidad latente. Tomorrow hizo visible nuestras diferencias, esa lucha intestina que nos quiere destruir o ese desenfado que hace referencia a casi todas las frases que olvidamos decir. Suya era esa duda que nos llevó al momento preciso en qué suceden las cosas importantes, cuando se desestructura el tiempo y la imaginación es el eje de vida. Un conjunto de circunstancias que nos hizo extraordinarios, un cataclismo de ideas peligrosamente modernas, esa condición espejo que tanto asusta a la gente de los projects. Lo nuestro era algo distinto.

Tomorrow, en medio de una noche inquieta y opaca, nos dijo  que nunca fuimos sinceros, que siempre nos quedamos callados cuando quería escuchar de viva voz lo que nos pasaba, que un “No” repetido una y otra vez mientras movíamos de un lado a otro la cabeza justo en el apogeo de  la Happy Hour en el bar que marcó nuestras noches más salvajes sólo era el síntoma de  nuestra incapacidad para ir más allá de los mecanismos de deseos intransferibles y la esperanza matemática de los que  se arrepienten y sobreviven con ofertas de felicidad instantánea que ofrecen las revistas sin futuro, una evolución tan sentimental que estaba destinada a convertirse otra vez en nada. Una temprana elección,  un bombardeo frecuente, un estado denso, el esplendor confidente del amontonamiento de soledades: las nuestras.

Una palabra inaudita, un escape nuevo,
la conciencia desalmada. Lo soterrado,
malos cimientos y putas obsesiones.
Esa inútil acumulación de errores,
libertades abolidas, una tristeza horrible.
Las cosas que más nos extrañan:
el dolor de nuestros brazos,
los abrazos nunca dados
en las despedidas.

La última vez que lo vimos, Tomorrow nos contó algunas cosas que no sabíamos de su historia engargolada: los accidentes familiares que se mantienen presentes en la memoria, la depresión a los doce años, el desconcierto de la era grunge, la necesidad de reconocimiento, una sensación continua de insatisfacción, esa tristeza casi literaria que le atacaba tras aspirar la última línea de la noche. Hablamos de nosotros, de la gente que estornuda viendo al sol, de los happy few frente al futuro mal recortado; de la lógica melodramática como una oscilante plegaria sin voluntad que difumina el corte de caja paradigmático en la vida de alguien, del  tímido entresijo que cosifica al desmadre como el encuentro o el adiós definitivo, del gran descaro que anula toda posibilidad al no pensar que los otros esperan algo en lo que se avecina.

Sin responder nuestra última pregunta, esa que ni siquiera pudimos enunciar pero que intuía hipersensible, Tomorrow nos dejó a las cinco de la mañana en el sitio de taxis. El frío era terrible.

(Versión extended del texto aparecido en el libro Morrissey y los atormentados, editado por la revista Marvin en su línea Rock para leer, 2013).


More info aquí.

La Zona Fantasma episodio 58

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Playlist episodio 58
1. JOAO BRASIL – Je t´aime spring love
2. THE PAINS OF BEING PURE AT HEART – Kurt Cobain´s cardigan
3. GOLDEN GRRRLS – Paul Simon
4. BARRERACUDAS – Girl
5. DANGERLOVES – Young pretender
6. DETERGENTE LIQUIDO – El baile del apio.
7. MARTIN REV – Mari
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CUARTO PAISAJE entrevista
8. Él
9. El verano
10. Aterrizar
11. Te invitaré a pasear

download el ep Te invitaré a pasear aquí

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    Aquí nos encontramos los que escupimos y cupimos, los que dejan abierta la puerta y sonríen como farolitos. What’s happen now? [sic] Alguien tenía que poner on-line el cruel circo de anuncios fortuitos. Detonar la bomba, porque sí y porque ya no hay tiempo para agobiarse, la pena ajena nunca fue un pretexto, tan sólo un yield de liga intertextual. Una falsa esperanza. Cómplices, cercados, envueltos en celofán y cristal, arropados por la inconsciencia, bendecidos por el alcohol y esa cosa siniestra [voluntad propia]. ¿Vamos a explotar o qué? Necesitamos algo más que inseguridad, necesitamos dinamitar la ciudad. (Ubertrip, Moho 2003)


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